Amstetten
: A propósito de la infancia de Josef Fritzl
Lunes 5 de mayo de 2008
Estimada
Alice Miller:
Hace unos días, en Amstetten,un lector en su carta hacía referencia
al abuso incestuoso y cruel de Josef Fritzl hacia su hija.
En
la página de Internet del periódico británico « The Independent» hay
un artículo que aborda desgraciadamente de una forma muy breve, la infancia
de Fritzl.
Se
titula con razón « La fabricación de un monstruo ».
En
este artículo se cita a la cuñada de Fritzl, es decir la hermana de
su mujer. « Josef creció sin padre.
Su
madre lo educó a puro de golpes », declara la señora R.
«
Ella lo apaleaba a diario. Esto lo destrozó. Era incapaz de sentir hacía
los otros ni siquiera un mínimo de compasión.
Humilló
a mi hermana la mayor parte de la vida que pasaron juntos ( es ella
la madre de la chica que vivió encerrada en un sótano y que, por lo
visto, no estaba al corriente de nada ) ».
Es
una pena que no sepamos nada más pero, conociendo sus libros, la relación
es llamativa, clara: abusaron abominablemente de él durante su niñez
y él hizo lo mismo de una manera inimaginable y cruel a su hija.
Al
mismo tiempo se menciona que Fritzl creció durante la guerra en un ambiente
de violencia, justificacion menor, puesto que ésto fue así para mucha
gente de su generación, en realidad para todos los de su generación.
Se
puede uno preguntar igualmente, qué clase de niñez tuvo su mujer para
casarse con él, un hombre que no muestra ninguna compasión, que la humilla
constantemente y que,a pesar de todo,ella sigue con él.
¡Gracias
por su trabajo! M.
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Alice
Miller :
Muchas
gracias por su valiosa carta. Lo que relata brevemente « The Independent
» ilustra PERFECTAMENTE el comportamiento de Josef Fritzl.
De
una forma meticulosa, hasta darnos escalofríos, ha escenificado lo que
vivió siendo niño.
Su
madre era su UNICA REFERENCIA, su padre no estaba para establecer el
equilibrio.
Ella
le pegaba todos los días, lo poseía totalmente para que no tuviese testigos
compasivos con los que pudiese darse cuenta de cómo lo maltrataba.
Al
mismo tiempo, ella le procuraba, evidentemente y concienzudamente, su
sustento.
Estaba
así, sometido a la total obediencia y debiendo soportar a diario las
violencias permanentes de su madre, por otro lado tenía que estarle
agradecido por su ropa y comida.
Podía
alimentar, en secreto, pequeños deseos prohibidos por su madre sintiéndose
orgulloso de su inventiva para mentir y disimular.
Vivió
de una manera oculta y secreta como hasta hoy lo fué su vida para la
policía.
Organizó
la situación con su hija para escenificar la negación de su sufrimiento
infantil.
Su
abogado dice que tiene « lados buenos » así como Fritzl afirmaría probablemente,
« los lados buenos » de su madre,que lo esclavizaron totalmente como
ha mostrado ahora a todo el mundo.
Pero
el mundo entero se tapa los oidos. Fritzl nos ha mostrado lo que le
puede ocurrir a un niño TOTALMENTE privado de libertad por una madre
« educándolo » sola, un niño que no cuenta con testigo alguno que debe
de estarle agradecido sin llevarle nunca la contaría y que, durante
años, alimenta en secreto un enorme deseo de venganza hasta poder sacarlo
más tarde violando a mujeres sin estar jamás satisfecho.
Porque
la venganza no aporta satisfacción, sino que, por el contrario, pide
cada vez más.
Si
pudiésemos preguntar ahora a Fritzl sobre su infancia, veneraría probablemente
a su madre y sus atenciones sin darse cuenta de que creció en una prisión,
en la que seguramente sus músculos estuvieron bien alimentados pero
en la que su cerebro sufrió con el menosprecio de su dignidad.
Puedo
dificilmente imaginarme que esta madre sola, ansiosa de poder y brusca,
NO haya utilizado a su hijo para sus deseos sexuales.
Algo
que no haría más que aumentar la confusión en su mente:
¿qué
es el amor y qué es la ignominia?
Es
así cómo se desarrollan las perversiones, presentándose como enigmáticas
si no tenemos el valor de considerar seriamente lo vivido en la infancia.
Tener en cuenta su situación infantil para explicar el crimen no debe
bajo ningún pretexto servir para aligerar la culpa de Fritzl ni para
invocar su piedad.
Siendo
adulto, él es plenamente responsable de todo sus crímenes y merece,
por haberlos cometido, las peores penas.
Su
extraordinaria actitud para manipular a la policía y al resto de las
autoridades, al igual que su extremado sadismo, son la prueba de que
ha procedido metódicamente, demostrando así una peculiar característica
de psicópata.
No
hay, en absoluto, signos positivos que nos inciten a pensar en una psicoterapia
eficaz para desvelar toda le verdad sobre su infancia ya que, como todo
psicópata no tiene ningún interés en comprenderse, solo busca controlar,
abusar y manipular a los demás.
Ha
mostrado ,de manera evidente, su habilidad engañando a su abogado cuando
conversaba con él ,de tal manera que éste estima que Fritzl necesita
una psicoterapia clínica en lugar de la prisión.
Realizar
esta idea sería ingenuo y desastroso puesto que éso supondría que Fritzl
dispone de una escena gigante para engañar de forma magistral al personal
y a los otros pacientes y, de esta manera, perjudicarlos.