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Los problemas de pareja son problemas personales que se expresan en la relación. Y estos problemas solo emergen en el vínculo amoroso, dado que estando con otro salen a la luz aspectos de uno que estaban en la sombra.
Desafortunadamente cuando estamos en una relación, los enojos y dolores no resueltos en el pasado los actuamos en el presente con el otro a través de nuestras reacciones.
Es este niño herido que llevamos dentro el que nos hace actuar así. Los dolores que no pudimos expresar en nuestra infancia los cargamos como una mochila, y se expresan con nuestras reacciones antes de que nos demos cuenta, de modo que nos encontramos instalados allí antes de poder pensar.
Estas reacciones son las que nos causan más problemas en las relaciones íntimas.
En muchos casos de separación el problema no se encuentra en la relación de uno con el otro sino en asuntos no resueltos de uno de ellos (o de los dos) con su propio pasado.
Cuando acarreamos a nuestros niños heridos tenemos la sensación de no estar nunca en el presente, siempre estamos reaccionando por cosas que nos pasaron hace muchos años.
Hasta que no me ocupe de este niño herido, él seguirá reaccionando y empeorando mis relaciones íntimas.
Y el único que puede escucharlo soy yo mismo, cuando me ocupo de su tristeza, de su enojo.
Cuando establecemos una pareja hacemos un pacto inconsciente en el cual, por ejemplo, yo espero que tú seas el padre que no me va a abandonar y tú esperas que yo sea la madre que te va a aceptar incondicionalmente como eres. Y cuando esto no ocurre, porque es imposible que el otro cure mis heridas, empiezo a culparte.
Nuestros niños heridos necesitan un espacio para expresar su enojo y su dolor. Cuando se los damos, a crecer y no interfieren en nuestras relaciones íntimas.
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CENTRO ALMA GESTALT "El Arte de Crear la Vida que Anhelas"
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